Resumen:
La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su artículo 3o, fracción II, inciso a), establece que la educación impartida por el Estado mexicano debe estar orientada, entre otros, por un criterio democrático. Sin embargo, no existe garantía de que los preceptos y mandatos creados por un legislador -en forma de categorías deónticas- impacten en los hechos y, por tanto, surge la interrogante acerca de si efectivamente ese mandato constitucional es respetado y cumplido en la realidad social y educativa. Se revisa la importancia que tiene la democracia y sus parámetros mínimos en la impartición de la educación en general, así como los mandatos y regulaciones que permean la actividad y funcionamiento de la Universidad pública, en específico la Autónoma del Estado de México. Se hace una revisión teórica sobre la democracia en México y sus lineamientos mínimos para su práctica, finalizando con una contrastación sobre la importancia que tiene el hecho de que los estudiantes universitarios tengan la capacidad de practicar, ejercer y, eventualmente, de enseñar a democracia, máxime por su carácter de profesionistas cuya actividad está muy involucrada en los aspectos sociales. Se finaliza reflexionando sobre algunas de las conductas de los docentes que inciden en mayor o menor medida en esos parámetros democráticos.