Resumen:
Las ciudades crecen e implican transformaciones donde la discontinuidad es parte del paisaje urbano. Desde este enfoque la Arquitectura permite reconocer al diseño participativo con aquello que vincula a la sociedad con los resultados urbanos que desencadenan movilidad y seguridad.
Esta premisa desde el enfoque cualitativo y mixto nos permitirá reconocer la participación ciudadano como una base intrínseca en las decisiones de la ciudad y por lo tanto del diseño mismo. Lo cual podría demostrar una ventaja sobre la forma tradicional de accionar en el diseño urbano permitiendo contribuir a la disminución de conflictos y aprovechar el potencial que tiene desde ya la población que permanece en las venas de la ciudad.
El espacio urbano podría entonces no solo ser una solución funcional, sino que además podría vincular la forma y el arte con una solución amigable con el espacio, cubriendo necesidades y valorando el entorno urbano.