Resumen:
Para cualquier empresa, el factor humano representa el éxito del negocio a largo plazo, es un
un elemento que genera propuestas de valor y alternativas productivas al facilitar el
desarrollo y organización de tareas, la comunicación al interior y exterior de las áreas
laborales, el manejo de las relaciones interpersonales así como la integración de estrategias
que permiten la gestión adecuada de recursos para el desarrollo de productos y servicios.
La empresa turística debe proporcionar los procesos de formación permanente en el ámbito
laboral, a fin de asegurar el perfeccionamiento del servicio que se le ofrece al cliente,
orientando la formación del personal hacia el manejo de las competencias laborales
necesarias para cumplir con los objetivos organizacionales, centrando el desarrollo de sus
talentos al desenvolvimiento de sus habilidades y conocimientos, para profesionalizar su
actuar y con ello, mejorar el servicio y la competitividad en el mercado turístico.
El talento humano como un capital intangible de la empresa requiere una formación
permanente, para orientar las capacidades operativas y administrativas que permitan al
trabajador interactuar, estar integrado y organizado para realizar acciones secuenciales,
estrechamente coordinadas sin necesidad de una especial dirección y convertir al recurso
humano en un factor estratégico de competitividad en las empresas turísticas.
El profesional en turismo requiere mantener una formación a lo largo de su vida laboral para
conseguir ventajas competitivas sostenibles que le permitan desempeñar sus funciones de
manera estratégica por lo que es a través del análisis del desarrollo de capacidades distintivas,
y en particular mediante el modelo de recursos y capacidades que se habrán de integrar los
conocimientos ligados a la práctica empresarial turística para entender la forma en que las
competencias desarrolladas por el trabajador del turismo se articulan al entorno competitivo
y sustentan las fortalezas y debilidades internas de la organización.