Resumen:
El uso excedido de psicofármacos en salud mental plantea dilemas éticos en un contexto de
búsqueda de alivio inmediato y tranquilidad. Si bien estos medicamentos alivian síntomas, sus efectos
a largo plazo y el riesgo de enmascarar problemas subyacentes pueden ser una preocupación. La
influencia de la hipermodernidad en las sociedades del mundo prioriza la gratificación instantánea,
reflejada en la cultura contemporánea y en la prescripción desmedida de psicofármacos, los
pacientes que llegan a consulta médica de primer nivel o también llamados de atención general,
deben ser canalizados a un especialista de la salud mental y no sólo medicarlos para apaciguar las
molestias del estrés, ansiedad y depresión, que pueden manifestarse en insomnio, irritabilidad, falta
de motivación, etc.