Resumen:
La gastronomía y la lucha libre están reconocidas como patrimonios culturales, lo que quiere decir grosso modo que son poseedoras de significados, valor excepcional, trascendencia histórica, técnicas, creencias, objetos, artefactos y otras formas culturales a las que comunidades y grupos sociales reconocen y se adscriben, por lo que se puede decir que aportan a la construcción de identidades. Si bien existe una literatura amplia sobre ambas temáticas, poco se ha escrito sobre la presencia de la gastronomía en la lucha libre y esto a pesar de que, la mayor parte del tiempo, ambas han conformado un buen “maridaje” para el disfrute de los aficionados. En este sentido, la obra constituye un acercamiento a la presencia, importancia, usos y apropiaciones de la gastronomía que realizan los protagonistas del deporte-espectáculo de los “costalazos”.