Resumen:
El patrimonio urbano, en su diversidad de formas y expresiones, constituye un testimonio tangible de la historia y la identidad de las ciudades que, a lo largo de los siglos, han sido escenario de transformaciones, reflejando en sus calles y edificaciones la evolución cultural, social y económica de las comunidades que las habitan; la preservación y valorización de este patrimonio urbano no solo se consolida como un deber ético hacia las generaciones pasadas, sino también como una inversión invaluable para el presente y el futuro de nuestras ciudades.
Descripción:
Históricamente, las ciudades se han desarrollado alrededor de sus monumentos y edificios más emblemáticos, estos elementos arquitectónicos no solo proporcionan un sentido de lugar, sino que también atraen a residentes, visitantes e inversionistas, ciudades como París con la Torre Eiffel, Roma con el Coliseo Romano o Estambul con la Mezquita de Santa Sofía, ejemplifican cómo la arquitectura se convierte en un símbolo icónico de una ciudad, impulsando su economía y contribuyendo a su identidad global.