Resumen:
El estado de la inseguridad alimentaria es un tema de interés mundial, que de
acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO), presentó una tendencia negativa después del surgimiento de la
COVID-19 y las políticas de contención que le sucedieron. La emergencia sanitaria
obligó a distintos Estados, entre ellos México, a implementar políticas drásticas para
contener la propagación del virus como: el cierre fronterizo, de actividades
económicas no esenciales, confinamiento social, entre otras. Las cuales impactaron
negativamente el sistema alimentario, empleo e ingreso de la población, afectando
en consecuencia el acceso, estabilidad, y disponibilidad de los alimentos
principalmente.
Impactos que se acentuaron en regiones como el corredor florícola mexiquense,
donde la floricultura presentó contracciones económicas importantes a raíz del
cierre y limitaciones al desarrollo de la actividad por causa de la COVID-19. La caída
de las ventas, el desempleo y la consecuente contracción del ingreso en hogares
dependientes de la floricultura, provocaron que el sector florícola entrara a un estado
de emergencia alimentaria, el cual comenzó a ser reportado por medios de
comunicación. Debido a dicho panorama, esta investigación tiene como objetivo
analizar los efectos de las políticas de contención asociadas a la COVID-19 en el
estado de la inseguridad alimentaria en dependientes del sector florícola
mexiquense, durante el periodo marzo-diciembre del 2020.
Para el desarrollo de esta investigación se implementó una metodología
cuantitativa. Que se apoyó de interpretación cualitativa basada en la recolección y
documentación de experiencias compartidas por los sujetos de estudio. Dentro de
esta metodología los instrumentos principales de recolección de datos fueron la
ELCSA, y una encuesta sobre niveles de consumo de 20 tipos de alimentos. Con
ambos instrumentos se cuestionó a los participantes sobre su experiencia de
seguridad alimentaria y consumo de alimentos, durante el periodo de marzo a
diciembre del 2020.
Entre los resultados obtenidos con el trabajo de esta investigación, se estableció
mediante la ELCSA que la inseguridad alimentaria dentro del sector florícola se
agravó, y afectó al 78% de los dependientes de la actividad. En cuanto a la encuesta
sobre niveles de consumo, esta presentó incongruencias con los niveles de
inseguridad alimentaria. En los hogares dependientes del sector florícola se redujo
la cantidad de alimentos que consumen habitualmente, hasta en un 50%, según el
tipo de alimento. Sin embargo, sólo el 27% se percibió en niveles de inseguridad
alimentaria moderado o severo, los cuales refieren limitaciones en cantidad
alimentaria. En conclusión, en ambos casos puede constatarse que la inseguridad
alimentaria aumentó durante el 2020 derivado de las políticas de contención a la
COVID-19.
Contexto en el cual se ubicó como causas principales del incremento de inseguridad
alimentaria, al desempleo, la caída de las ventas, pérdida de producción,
informalidad laboral y baja escolaridad. Aspectos que agravaron y causaron
problemáticas directamente asociadas con los pilares de la seguridad alimentaria,
las cuales afectaron a la totalidad de la población. Hecho por el cual se establece la
existencia de incongruencias entre resultados de la ELCSA y los niveles de
consumo alimenticio durante el 2020.