Resumen:
A partir del ascenso al poder de figuras como Luis Ignacio “Lula” da Silva en Brasil, Hugo Chávez en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, Michelle Bachelet en Chile, Rafael Correa en Ecuador y Andrés Manuel López Obrador en México, se ha empezado a usar con mucha frecuencia el termino de populismo en referencia a su forma de concebir el poder político. Pero el concepto carece de una definición explícita, como corresponde a un análisis riguroso dentro de las ciencias sociales. Sobre todo, cuando se califica simplemente un proceso, pero sin una explicación clara, se crea un concepto para un fenómeno inexistente, se hace pasar como válido planteando el problema en términos equivocados. A lo anterior hay que agregar que, en las ciencias sociales, es fundamental el análisis del origen social del conocimiento y el discurso que expresa, que corresponde múltiples intereses, así como usos del discurso hegemónico que desarrolla conceptos a los que pretende dotar de sentido y valides universal.
El populismo hace referencia a fenómenos políticos para los cuales, las ciencias sociales eurocéntricas, así como sus análisis, no tienen una explicación clara desde el marco de su propia experiencia. De tal manera que el populismo sólo puede ser visto como una desviación o vía equivocada; así mismo el populismo ha sido explicado como el discurso que seduce a las mentes inocentes, está relacionado directamente con la demagogia y a la incapacidad de sus dirigentes y las masas, que no quieren pagar los costos del desarrollo o la modernidad.
El populismo se entiende también como la alianza de sectores sociales anti statu quo y sólo se aplica a los países que intentan una vía diferente al margen de los países desarrollados. Los populistas aspiran a encontrar una vía distinta, para llegar al desarrollo o modernidad sin transitar por el camino ya previsto por los países industrializados. Por lo que considero necesario tratar de encontrar algunos elementos que permitan conocer el uso histórico del concepto.