Resumen:
Antes era un gran negocio organizar majestuosos eventos del género de la tortura como un espectáculo popular en lasa plazas públicas, en teatros, hoy es imposible. Todos querían ver al artista colgado de cabeza, atado de las extremidades a un bastidor o asfixiándose con un cordel, a cambio dejaban monedas y billetes por es espectáculo recibido.