Resumen:
El periodista, por antonomasia, es un cronista y no sólo eso, su
trabajo, con el paso del tiempo, se convierte en un documento
testimonial de primera mano acerca de acontecimientos, épocas,
personajes e, incluso, declaraciones convertidas en actos que
marcan épocas y transiciones, letras conseguidas en ocasiones
con largas y arduas jornadas o también producto del ingenio
para obtener la palabra viva de formadores de opinión, artistas y
protagonistas de lo que después será historia.