Resumen:
El parque nacional cuenta con una extensión de 1760 hectáreas, se localiza a 2400msnm, es uno de los más importantes a nivel nacional, pues los motivos para su creación fueron con tendencia a preservar uno de los lugares cercanos a la capital de la República, proteger los bosques, fauna, flora, arroyos, manantiales y las aguas de la región, así como llevar a cabo la función recreativa. Cuenta con una superficie boscosa del 70%, dentro del cual se hallan importantes elevaciones, el resto de la superficie del parque está conformado por lomeríos, llanos, claros boscosos y el área de la Laguna de Salazar. Dentro de estas áreas se localizan construcciones propias del parque como una estación piscícola y diversos espacios dedicados a la prestación de servicios turísticos por parte de la comunidad de San Jerónimo Acazulco. Sin embargo, a pesar de que esta actividad constituye la principal fuente de ingresos para la comunidad, existen diversos impactos socios territoriales que están generando y limitan su potencialidad como estrategia para el desarrollo regional, e incluso ponen en riesgo su continuidad para el futuro.
Además, en dicha ANP no se ha llevado una planificación adecuada para el desarrollo de la actividad turística, pues se ha desarrollado de forma espontánea e improvisada por parte de los actores locales. Es importante señalar que a la mayoría de los comerciantes no se les ha planteado un programa de conciencia ambiental, que les haga reflexionar sobre las causas y efectos que se generan al no hacer un buen uso de los recursos naturales y culturales. Además el Parque Nacional no cuenta con una infraestructura adecuada para la prestación de servicios turísticos, ni un mantenimiento constante a las áreas donde ofrecen los servicios al público.
Sobre este lugar se han llevado a cabo diversos estudios, entre los que destacan las aportaciones de Mancilla y Chapa (2001), que analizan el vínculo entre la cosmovisión, religiosidad y el sistema de cargos producto del pasado indígena otomí de la población. Con la incidencia de los procesos de modernización, cambios de suelo y la prestación de servicios turísticos; Hermane (2005), toma como caso de estudio un valle turístico, con la finalidad de analizar el comportamiento ambiental de visitantes y la población local; González (2007), estudia la incorporación de la población local en la prestación de servicios turísticos, y su impactos sobre las formas de organización local basadas en la práctica de festividades tradicionales y el sistema de cargos; Monterroso et.al. (2009), realizan un análisis de la sustentabilidad en las comunidades de San Jerónimo Acazulco y San Pedro Atlapulco, ambas ubicadas en el municipio de Ocoyoacac y que participan en la prestación de servicios turísticos.
Del mismo modo, en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), se han planteado diversas investigaciones: Esquivel (1997), analizó el comercio en el ANP como indicador de los cambios socioculturales en la localidad; Hernández (2002), plantea a la sustentabilidad como alternativa para el desarrollo turístico en La Marquesa; Camacho (2004), realiza un diagnostico forestal en el ANP, basado en los cambios de uso del suelo e impactos ambientales para el periodo 1977 y 1995; Peña (2005), analiza el papel de los actores locales desde su participación como ejidatarios y comuneros en el turismo; González (2009), refiere al proceso de cambio en las familias de la comunidad a partir de su incorporación al turismo; finalmente Molina (2009), realiza un análisis sobre el desarrollo de la actividad turística desde la economía del trabajo.
Sin embargo, a pesar de estas valiosas contribuciones poco se abordado desde la perspectiva de las ciencias ambientales, sobre los impactos sociales, económicos, culturales y biofísicos que la actividad turística está generando en el ANP, con la finalidad de identificar una serie de estrategias que permitan dar continuidad a la actividad, pero sobre sobre todo a los importantes servicios ambientales que brinda el área protegida.