Los investigadores sociales del mundo han mostrado en las últimas décadas un especial interés por el tema de la pobreza. Esto responde sin duda, a la urgencia de entender y de encontrar mecanismos efectivos de solución a este fenómeno social tan complejo, tan extendido en nuestras sociedades y que tantos estragos causa en las comunidades, las familias y las personas que lo padecen. Dado que la pobreza no es un ente abstracto sino una situación de vida concreta, que degrada, que discrimina, que mata, si nos situamos en este momento histórico como conciencia del mundo en que vivimos —del mismo mundo en que se sitúan las personas cuyo cielo, tierra y porvenir es la marginación, la discriminación y, muchas veces, la exclusión por ser pobres—, la labor del investigador social será defi nitiva para entenderla y ofrecer un marco de referencia más cercano a la realidad que permita reelaborar o proponer mejores políticas públicas de control sobre la misma