Resumen:
Nuestras sociedades se caracterizan por un capitalismo cada vez más voraz y descarnado, en el cual se cumple aquello que Marx expresaba sobre la centralización y concentración del capital por parte de los dueños de la industria, la banca o la banca secundaria, las drogas o los combustibles. Predomina un discurso presentativo de una realidad marcada por la globalización que descansa en la competitividad y el reemplazo del Estado social por mecanismos del mercado. Esos procesos materiales han generado un ambiente de desasosiego, incertidumbre y terror para todos los que habitamos en dichas sociedades, pues los caminos de la acumulación rapaz gestan mayores y más evidentes contradicciones.