Resumen:
La queja, el malestar y la responsabilidad social, conforman una triada conceptual inherente a la práctica docente, su reflexión es de capital importancia en tiempos signados por la evaluación del desempeño profesional docente, ya que de ello depende el ingreso, promoción y permanencia. La profesionalización puede ser la diferencia entre ser un profesor producto de la pura experiencia o un creador de puentes teóricos entre la teoría y la práctica educativa. La reflexión de “sí mismo” como parte del problema, es medular para la comprensión del proceso de enseñanza-aprendizaje y del fenómeno educativo, ya que ésta libera energía psíquica fijada al trauma docente y la pone a disposición del pensamiento consciente para devenir un maestro-investigador, en donde su quehacer se fundamenta en la cientificidad que proporciona el método.
Descripción:
La reflexión se ha convertido en una necesidad en los tiempos actuales para el profesor, ya que es el instrumento idóneo para soslayar el impacto de ese profundo malestar docente, al mismo tiempo, que le posibilita un devenir como profesional de la educación, en donde se puede mirar el mismo fenómeno educativo de otra forma, además de experimentarse como un sujeto creador de sus propias circunstancias.