Resumen:
El calentamiento atmosférico y oceánico -con sus consecuentes alteraciones climáticas- , el envenenamiento del aire, el agua y el suelo por diversos contaminantes, las guerras por el control del petróleo y el gas natural, los derrames de crudo en los océanos, y las enormes fugas en depósitos y embarcaciones que transportan gas natural (que es esencialmente metano, un gas 25 veces peor que el C02 en el efecto invernadero) son consecuencias directas del actual sistema energético basado en combustibles fósiles. El doctor James E. Hansen y otros expertos han hecho notar que el valor seguro para 1a estabilidad climática es cuando mucho de 350 partes por millón (ppm) de C02 en la atmósfera. Actualmente. la concentración de C02 ha rebasado 393 ppm, es decir, estamos en gran riesgo. La masa de la atmósfera es de 5. l x 10 18 kg y cada ppm de C02 corresponde, en términos másicos, a casi 7.75 mil millones de rondadas de este gas. ¡Habría que retirar de la atmósfera una cantidad superior a 333 mil millones de toneladas de C02 equivalente para que la atmósfera recuperara su estabilidad! Sin embargo, se pretende que las emisiones continúen de manera que, si se toman medidas extraordinarias a nivel planetario, se estabilice el C02 atmosférico en no mucho más de 450 ppm. Obviamente, este tipo de metas conducen al desastre. L-t alternativa para salvar la atmósfera es una transición rápida hacia un sistema energético mundial basado en la energía solar y otras fuentes renovables, como el viento, las biomasas y la geotermia, entre otras, y aunado a una deforestación cero con recuperación de bosques y selvas para reducir la concentración de C02 a 350 ppm. La energía solar y las demás fuentes renovables de la misma podrían satisfacer cualquier necesidad energética de las presentes y futuras generaciones si se desarrollan, de manera económica, los sistemas para su aprovechamiento. En este artículo se esboza cómo eliminar las emisiones de C02 empleado tecnologías energéticas de cero emisiones de este óxido. Muchas de estas pueden ser desarrolladas en México, en nuestras universidades públicas, para aprovechar de la mejor manera los recursos renovables con las particularidades con que se presentan en nuestro país.