Resumen:
Desde el origen de las ciudades y bajo una visión
antropológica ha sido posible identificar aspectos que van más allá de lo físico y material, que
tienen que ver más con el sentido social y la esencia del espacio urbano desde su fundación
hasta su consolidación. En este proceso se han identificado una serie de patrones formales en la
concepción, crecimiento y desarrollo de las estructuras urbanas, siguiendo principios y formas
simbólicas que han sido posibles de explicar por medio del lenguaje de la Geometría.
El lenguaje de la Geometría ha sido retomado en la generación de nuevas perspectivas para
el análisis y la interpretación de la organización del espacio urbano actual, a partir de un
enfoque que permite identificar las diferentes etapas en la historia de la ciudad, la manera como
éstas se entrelazan en una misma red de acontecimientos y la forma como los usuarios
contribuyen en su tejido por medio de sus dinámicas cotidianas que imprimen un sentido
simbólico y la transforman en un territorio.
Desde la visión de la Complejidad, el concepto de territorio ha sido concebido como un
sistema no lineal a partir de dos binomios: el espacio-tiempo como unidad propuesto por
Bernard Riemann (citado en Césarman, 1986) y el espacio urbano-arquitectónico como dos
escalas de aproximación al estudio de la ciudad. El espacio-tiempo urbano-arquitectónico
constituye una expresión de gradualidad del territorio en sus diversas escalas de aproximación
para el estudio de la ciudad compleja; en ella, la casa, la calle, el barrio y la ciudad, a parte de
ser escalas, son consideradas como totalidades congruentes y autorreferentes entre sí.
Debido al crecimiento acelerado y caótico que presentan la mayoría de las ciudades en la
actualidad, estos patrones formales o principios de organización socio-espacial y territorial se
han vuelto cada vez más dispersos.