Resumen:
Dentro de las principales metas universales del tratamiento endodóntico se encuentra prevenir o curar la periodontitis apical causada por la infección del sistema de conductos radiculares (1). Estudios epidemiológicos revelan que el 33-60% de los dientes obturados presenta periodontitis apical, lo que sugiere la persistencia de la infección primaria o aparición de infección posterior al tratamiento endodóntico (1, 2).
Descripción:
La clave del éxito en el tratamiento endodóntico es el completo desbridamiento del sistema de conductos de tejido pulpar vital, infectado o necrótico y la obtención del completo sellado del espacio del conducto para prevenir la generación y persistencia de infección y/o reinfección de la cavidad pulpar. Numerosos factores han sido asociados al fracaso del tratamiento endodóntico. Estos incluyen cultivos positivos, tejido pulpar necrótico residual, fractura de instrumentos, sobreobturación del conducto radicular, perforaciones, fracturas radiculares, presencia de lesiones perirradiculares y enfermedad periodontal entre otros.