Resumen:
El pensamiento metafísico occidental ha tratado de separar lo propiamente humano de lo animal, se ha considerado al primero de mayor rango ontológico, por ello se han promovido las separaciones: alma/cuerpo, inteligencia/instinto, naturaleza/cultura, vida/existencia. A partir de esas dicotomías, Platón concibió que si el animal poseía alma vegetativa y sensitiva que cumplían las funciones que le permitían vivir y sentir respectivamente, por otra parte, no poseía un alma racional, mientras que el ser humano poseía las tres almas. Esa misma concepción pasó a la Edad Media, donde San Agustín concibió que el hombre no solamente está conformado por un cuerpo y un alma vegetativa como las bestias, sino que se diferenciaba de aquellas por la inteligencia.