Resumen:
El tratamiento de la ceguera en la historia literaria es fecundo. El ciego como personaje de ficción se ha prestado para tratar una amplia gama de significaciones que dan cuenta de los ideales, temores y ambiciones humanas, sirve como referente de esos otros sentidos marginales que se le dan al significante ceguera, por tanto, ese ciego que transita en las páginas del texto literario no es el mismo ciego que vemos al dar un paseo por la ciudad, es uno investido con una carga semántica que sirve para sustentar una lógica textual y, en algunas obras, además del carácter de humano, también se transforma en símbolo. El invidente ya no es un hombre cualquiera que vive, trabaja, goza o se entristece, es el depositario de los afanes de un autor, un lector o una colectividad, será esa finitud de potencialidades interpretativas que las relecturas vislumbren de su imagen.
Descripción:
El resquebrajamiento de los valores morales, de las buenas costumbres y modales, así como de los distintivos que nos hacen ser humanos, son el eje rector de la obra. Al inicio de la estancia en el sanatorio las cosas parecen funcionar, no como debieran, pero no se está tan mal ahí. Conforme avanza la trama, la llegada de nuevos ciegos, la escasez de alimentos y la brutalidad del ejército, van convirtiendo en un infierno la estadía en reclusión