Resumen:
Los cultivos forrajeros aportan nutrimentos necesarios para el ganado contribuyendo al desarrollo de los sistemas de producción animal (Barnes y Baylor 1995). En México se siembran más de 556 mil hectáreas con forraje en condiciones de riego que representan el 11.3% de la superficie total de riego en el país, siendo la alfalfa (Medicago sativa) el principal cultivo con cerca del 50% de la superficie sembrada con forrajes, además de avena (Avena sativa L), ballico (Lolium multiflorum), maíz (Zea mays), cebada (Hordeum vulgare) y sorgos forrajeros (Sorghum spp) (Zamora et al., 2002). Estos forrajes son utilizados para la alimentación de rumiantes en sistemas extensivos o bien son requeridos como complemento para apoyar los sistemas intensivos.
Descripción:
En años recientes, se han liberado variedades comerciales de triticale y cebada con adaptación a las condiciones que imperan en valles altos de México. Los objetivos fueron determinar rendimiento, composición química y producción de gas in vitro de variedades de triticale (UAEMex, Bicentenario y Siglo XXI) y cebada (Doña Josefa), sembradas en el ciclo primavera-verano 2010, cosechadas a los 145 días, en estado masoso-lechoso.