Resumen:
Introducción: las lesiones pre malignas del cérvix uterino pueden condicionar alteraciones del estado de nutrición, lo cual está relacionado con la ingesta dietética. Objetivo: determinar el estado de nutrición e ingesta dietética de las mujeres que acuden por lesiones del cérvix uterino a la clínica de displasias del Hospital General Valentín Gómez Farías. Metodología: estudio prospectivo, descriptivo, transversal, que valoro a 37 pacientes femeninas de 20 a 60 años, de la clínica de displasias, que aceptaron participar en el estudio con firma de consentimiento informado, las herramientas utilizadas fueron ficha de valoración antropométrica, reporte del equipo de impedancia eléctrica, los parámetros dietéticos se valoraron mediante la encuesta de recordatorio de 24 horas, la valoración y diagnostico colposcopico fue realizada por un especialista en el área. Resultados: las edades que predominaron en el estudio fue de 31 a 40 años con (37.83%), en el estado de nutrición sobresalió sobrepeso en edades de 31 a 50 años con (35.12%), la neoplasia intraepitelial cervical grado (NIC I) fue más frecuente de 31 a 50 años con (54%) Conclusión: en las mujeres del estudio predomino el sobrepeso y la obesidad con (70.22%) diagnósticos que pueden tener relación con el desarrollo de lesiones de cérvix uterino, además la ingesta dietética se encontró desequilibrada predominando los hidratos de carbono y bajo aporte de antioxidantes.
Descripción:
En las etapas de detección y tratamiento de las lesiones del cérvix uterino la paciente está en situación de estrés lo cual puede repercutir en su estado de nutrición. (Martínez, Navarro, Santoyo y Pita, 2011). La evaluación del Estado de Nutrición se realiza por parámetros clínicos, antropométricos, dietéticos y bioquímicos que dan como resultado un diagnóstico certero que permite establecer las deficiencias o excesos que como comorbilidad pueden alterar el curso de una lesión pre neoplásica o neoplásica; además el tipo de alimento que estén ingiriendo las pacientes repercutirá en la evolución de la lesión, aun cuando no hay datos contundentes entre la relación que existe entre alimentación y cáncer ya desde 1984 el Instituto Nacional de Cáncer en estados Unidos estableció que 35% de los tumores tenían su origen o estaban relacionados con factores alimentarios, la ingesta de alcohol, carne, dietas ricas en grasas incrementan el riesgo de padecer cierto tipo de cáncer, en reciprocidad la ingesta de frutas y verduras disminuye el riesgo a padecer cáncer del tubo digestivo y posiblemente el de ovario, endometrio y cérvix uterino.