Resumen:
La violencia puede entenderse, a partir de sus raíces latinas, como el uso constante de la fuerza, más allá de ciertos límites y normas vigentes en determinada sociedad. A lo largo de la historia humana, el ejercicio de la fuerza se ha presentado en forma desmedida y diversa, por constituir parte de las capacidades físicas y mentales que tienen las personas para hacer buenas y malas obras, por el beneficio individual y grupal, así como por la adquisición de poder mediante actitudes agresivas. En algunas ocasiones y temporalidades, los sujetos la han ejercido justificando su intención de mejorar un orden cualquiera, resolver algún conflicto, generar beneficios propios y sociales; aunque en la práctica su aplicación provoca daños, en unos casos ocurren de un modo y en otros revisten otra forma. La violencia es una gama de circunstancias, lo mismo es instintiva que manifestación de rasgos individuales, detrás de ella existe la conciencia de dañar, pero a la vez se rige por dimensiones sociales, políticas, económicas, religiosas, culturales y demás del propio entorno. Es decir, aun aceptando que el individuo es conflictivo por naturaleza como lo afirman algunos investigadores como Boehm (2014),2 también hay evidencia de que éste se pacifica o se violenta conforme su cultura y promueve determinados valores; en este sentido se argumenta que, más que los genes, es el entorno quien explica estas conductas (Jiménez, 2012: 14; Storr, 1991: 16; Rojas, 2005: 20)
Descripción:
Si bien en las sociedades primarias el ejercicio de la fuerza era el medio en que los grupos sociales resolvían sus conflictos o al menos es la imagen de guerrero que suele presentarse de ellos (Clastres, 2004), el reparto de excedentes, trofeos de caza y guerras, mujeres, la idea de orientarlo hacia otras labores (religión, arte, ciencia), eliminar descendencias completas (Clastres, 2004; Boehm, 2014), constituían sus motivos de fricción; con el surgimiento del Estado moderno se trató de regular el comportamiento de los individuos por medio de reglas de convivencia y reconocimiento de sujetos iguales ante la ley.