Resumen:
A lo largo de la historia de la humanidad el ser humano se ha visto envuelto en fenómenos que le han obligado a ir modificando sus condiciones de vida, algunos de los cuales lo ayudan a comprender su realidad y que lo significan como tal, expresiones de fenómenos que tienen tal complejidad que se ha requerido diversificar su estudio en distintos ámbitos tales como lo cultural, lo económico, lo político, lo filosófico, para su posibilidad de conocimiento. Cada fenómeno que lo caracteriza, lleva implícita una carga de apropiación de su contexto, de explicación de su mundo de vida, de sus relaciones sociales, de sus creencias simbólicas, en fin, de su propia existencia en relación con su entorno físico e histórico. En la época actual, se han venido produciendo fenómenos sociales característicos, producto de factores relacionados fundamentalmente con sus formas sociales de vida privadas y públicas. En la fragmentación social, el sujeto privado de su libertad se desenvuelve en distintos contextos a los que les otorga distintas lógicas de interacción, desde lo familiar, laboral, entretenimiento. Con cada uno de los contextos parcelados del sujeto se circunscriben diversas formas de vida, sometiéndose a las éticas propias de cada organización y, por ende, a diversas estéticas de su propia imagen percibida, y también fragmentada, formando un rompecabezas como juego sincrónico y diacrónico polisémico. En las relaciones sociales, se crea un juego de poder retórico, es decir, los jóvenes pretenden legitimar su punto de vista mediante el discurso verbal y no verbal de forma persuasiva, en cuyos terrenos comunes (centros de reunión social) recuperan su comunidad. No obstante, estos terrenos han sido resignificados hacia dos ámbitos específicos: frente a los medios masivos en donde se exponen a los modelos que refrendan su pertenencia a los mismos y, a los lugares de reunión donde recrean sus formas de vida específicas, tales como las fiestas "raves", los sótanos "darketos", las plazas "punketas". De tal forma, la fragmentación social de los grupos juveniles supone la traducción y resignificación híbrida-simbólica de todas las formas de vida de su esfera privada y pública. Es así, que el estudio de la fragmentación de las identidades juveniles sustenta su conveniencia en la descripción, análisis y síntesis de éstas, posibilitando su comprensión y adaptación relacional a la sociedad.
Descripción:
La simulación por transformación de significados de los referentes de vida de los jóvenes se traduce en una cultura y sociedad en crisis. El joven con una identidad creada mediáticamente se encuentra deshabitado de sí, así como aquel que observa que la justicia es trastrocada se enferma de muerte. No obstante, este último sabe que para lograr la resurrección se debe morir primero, creando un referente mítico y una microsociedad como utopía para lograrlo, fungiendo la esperanza y los ritos que le son inherentes de modo particular, enarbolando la bandera de la diferencia (y la indiferencia) para lograr su congruencia ética. Esta ideología es la manera de alcanzar la tan ansiada libertad –aunque de hecho saben que es parcial y ficticia–, observándose como guerreros de su propia fe, de manera semejante a los guerreros tribales. Lo anterior explica la mitificación de las luchas y su aparente violencia. Se trata de guerreros como ideólogos, políticos y gobernantes en su propio espacio. Son el resultado del nexo entre la política y el poder como origen y fin del conflicto, en el que la guerra es el último recurso en tanto no hay otras vías, en cuyas formas se conforman los parámetros de su espacio social. Esta complejidad dinámica observa la multiplicidad de estatus, roles y papeles, en el que el tipo ideal de dominación política manifiesta la interacción –funcional– simbólica del carismático y su motivación psicológica son la formas de socializar. Así, al interior de estos espacios simbólicos se da una forma de democracia, en la que no hay lugar para la violencia en virtud de que son iguales, no existe sino al exterior el otro como antagónico o enemigo y no como semejante distinto. Es en este núcleo donde se puede observar fácilmente la fragmentación social juvenil.