Resumen:
Las sociedades contemporáneas se hallan sumergidas en un laberinto de problemas de carácter global: crisis de la economía, contaminación ambiental, falta de recursos energéticos, migración, inseguridad, incremento de la pobreza, entre otros. Los antivalores se han expandido de manera indiscriminada invadiendo los diferentes ámbitos de la vida pública: político, social, económico, cultural, laboral y familiar. A todo ello hay que añadir una crisis de valores generalizada que afecta tanto a gobernantes como a gobernados. Un claro ejemplo de conducta indebida es la corrupción la cual ha adquirido el nivel de pandemia al alcanzar al conjunto de países de la comunidad internacional, sean éstos desarrollados o subdesarrollados. Corrupción que toca los más altos valores de la humanidad, que ofende a cualquier persona con un mínimo de dignidad. Corrupción generada por espurios movidos por la codicia, la avaricia y el anhelo de poder, antivalores estos que se encuentran en plena expansión a través de los principios neoliberales generadores de una sociedad de consumo que invita a acumular bienes materiales de manera desaforada y a adoptar una conducta del todo individualista.
Descripción:
En las últimas décadas, sobre todo a partir de los años setenta y tras el caso Watergate en los Estados Unidos que culminó con la renuncia del presidente Richard Nixon, los asuntos sobre corrupción comenzaron a ser contemplados por los medios de comunicación sacando a la luz pública diversas prácticas indebidas llevadas a cabo por los gobernantes. Los ciudadanos en general comenzaron entonces a perder la confianza en sus representantes de manera significativa