Resumen:
La composición química del agua subterránea es el resultado de continuos procesos de interacción entre el agua de precipitación, que se infiltra en el terreno, y los minerales presentes en las rocas por donde circula. Parte de las características químicas del agua son adquiridas en la zona no saturada y otras más a lo largo de su recorrido dentro de la zona saturada, hasta donde pueden ser captadas o bien emerger como agua de manantial. Estos últimos según sus características, puede ser empleados para consumo humano, como generadores de energía o bien para fines recreativos, como es el caso de los manantiales termales de Ixtapan de la Sal y Tonatico. Los estudios hidrogeoquímicos de manantiales termales han permitido ampliar el conocimiento del origen, edad, composición físico-química de las aguas, de las condiciones de recarga y posibles mezclas de agua, así como identificar los procesos que tienen lugar en el acuífero y que permiten obtener una visión más completa del comportamiento del acuífero. También permiten deducir las características de la roca, composición mineralógica, textura, porosidad, grado de alteración, fracturación y compactación, tiempo de residencia o de contacto, temperatura y presión...