Resumen:
El manejo sustentable de los recursos hídricos enfrenta hoy retos de gran envergadura y trascendencia. Por un lado, una mayor incertidumbre y una creciente preocupación causadas por el impacto del cambio climático global; y por otro, los rápidos cambios en las condiciones socioeconómicas que requieren cada vez más recursos. Además, como plantean Hatton et al. (2002), el tiempo que tarda un ecosistema en responder a los programas de gestión varía, dependiendo de la escala en la que se da este proceso. Así por ejemplo, ante el impacto de la deforestación, el cambio en el régimen hidrológico de una cuenca puede observarse en unos cuantos años, si se trata de una cuenca local (varios miles de km^); sin embargo, tratándose de una cuenca regional (de cientos de miles de km^), los efectos de la deforestación pueden tomar cientos de años en manifestarse (gráfica 50.1). Este escenario demanda urgentemente un cambio en la forma de gestionar y manejar los recursos hídricos que transforme el actual enfoque desarticulado de control en un esquema de autoaprendizaje y evolución (Pahl Wostl, 2007).
Uno de los objetivos centrales en la gestión integrada de cuencas es lograr esquemas de desarrollo basados en sistemas productivos económica, social y ecológicamente sustentables (Maass, 2004). Por lo anterior, hoy las universidades prestan mayor atención al entendimiento, al diseño y a la dirección de nuevos modelos administrativos y de gestión de recursos, que además sean flexibles, adaptables e incluyan en su operación las características de las cuencas hidrológicas de una forma integrada (ecosistemas, hidrología, tecnología, economía, instituciones, culmra). Para lograrlo, se requiere también de la formación constante de un capital humano crítico, que genere conocimiento, con una visión común y que aprenda a vincularse con su entorno.
La Red Lerma es producto de un convenio de colaboración signado en diciembre de 2005 por las universidades de las entidades federativas que comparten la ribera del río Lerma, lo cual constituye una respuesta interinstitucional a las condiciones de deterioro generalizado en que se encuentra actualmente la cuenca, al alto riesgo y a las limitaciones que representa para el bienestar de la población y el desarrollo sostenible de esta región estratégica para México.