Resumen:
El acuífero del Valle de Toluca, localizado en el Altiplano Mexicano, está sometido a una intensa explotación para cubrir, esencialmente, las necesidades de agua potable de los municipios de la zona, así como de la Ciudad de México. Esta sobreexplotación ha generado una serie de efectos tanto sociales, económicos como ambientales. En el caso de los efectos ambientales cabe destacar la desecación de lagunas y manantiales y la disminución de caudales de ríos, ambos procesos ligados al descenso del nivel piezométrico del acuífero. Por otro lado, en este valle existe una alta densidad de población propiciada por el asentamiento de grandes zonas industriales, lo cual a su vez ha provocado la generación de grandes volúmenes de residuos. Además, se trata de un área agrícola, lo cual implica el uso de fertilizantes y plaguicidas. Ante esta problemática cabe suponer que el acuífero pueda tener cierto grado de contaminación. El estudio hidrogeoquímico realizado para comprobar esta hipótesis permitió establecer que el agua subterránea presenta una facies hidroquímica bicabonatada sódica-magnésica. Así mismo, se detectó la presencia de altos contenidos de Fe y Mn, que sugiere una posible contaminación industrial pero las bajas concentraciones del resto de los metales permiten deducir que el origen de estos dos metales es natural ya que los minerales que conforman las rocas volcánicas tienen altos contenidos en ambos iones. Se detectaron en algunos puntos altos contenidos de nitratos relacionados con el uso de fertilizantes en y/o por vertido de aguas residuales.