Descripción:
Se da por sentado que los nombres de los autores incluidos en un plan de estudios son los más representativos, y en filosofía esto no deja de suceder. En algunas instituciones se da prioridad a los autores de la época antigua y clásica, en otras, a los representantes de la Edad Media, y algunas, a los llamados “círculos”. En fin, es mediante este juego de aparición en primera plana cómo los autores se vuelven inmortales, pero, detrás de ellos, se encuentran otros de no menos calibre a quienes, en este momento, se les atribuye el adjetivo de olvidados. Un olvidado es quien habita los linderos de una ciudad, de un Estado o de una teoría.