Resumen:
Uno de los autores que mejor ha estudiado a las haciendas mexicanas es Herbert J.
Nickel en su obra, Morfología social de la hacienda mexicana, donde no sólo investiga la
evolución que la hacienda mexicana tuvo a lo largo de más de tres siglos sino las
características que tuvieron los distintos tipos de ésta. En el caso de las haciendas
consideradas por dicho autor como modernas, que es como clasificaríamos a la hacienda de
Atenco, comenzaron a desarrollarse durante la década de los años ochentas del siglo XIX1
(fase tardía de la hacienda), periodo en que se empezó a modificar, fundamentalmente, el
marco de las condiciones político-económicas (vías comunicación, por ejemplo) del
desarrollo de la hacienda. Las haciendas que se consideran como modernizadas tenían
como característica el encontrarse en un periodo de transición del tipo clásico de hacienda a
la moderna empresa agrícola grande. En este proceso de adaptación, dichas haciendas
presentaban como características: 1) una orientación hacia el mercado sobrerregional, 2) el
aprovechamiento de nuevas posibilidades de comunicación, 3) inversiones para el aumento
de la producción y la introducción de innovaciones técnicas, 4) el uso de maquinaria, 5) la
profesionalización de la administración, comercialización y explotación de la tierra, 6) una
contabilidad profesional, con la separación del presupuesto de la casa particular del dueño,
la especialización y la división del trabajo en los sectores de la producción y la
administración, 7) la renuncia a las relaciones sociales paternalistas y otras relaciones de
intercambio determinadas por las costumbres, 8) contratos libres de trabajo.