Resumen:
El trabajo ofrece una reflexión sobre las transformaciones en la vida familiar asociadas a la migración hacia Estados Unidos de hijos e hijas, caracterizada por una mayor tendencia al asentamiento en aquél país, así como un mayor tiempo de permanencia en las localidades de recepción.
A partir de un análisis eminentemente cualitativo, se exponen los principales cambios que la migración de hijos e hijas ha producido en el modelo familiar tradicional de una comunidad indígena oaxaqueña. Destaca la erosión del modelo de residencia patrilocal, que provoca importantes transformaciones en las relaciones de poder y convivencia entre géneros y generaciones. Los resultados de investigación también muestran que a pesar de dichos cambios, se mantienen elementos de una moral familiar propia de comunidades indígenas, en la que se privilegian elementos tales como el respeto y la reciprocidad. En ese sentido, los hijos(as) deben respetar a sus padres y cuidarlos cuando sean ancianos, correspondiendo así a los cuidados que recibieron de pequeños.