Resumen:
El territorio como fenómeno presupone dos dimensiones (construcción social y construcción política) y dos propiedades (factor y agente) para el desarrollo. En tal sentido, el desarrollo territorial denota un proceso multidimensional y endógeno de construcción socializada en el espacio geográfico. En relación, la primera fase de este documento consistió en analizar estructura, organización y patrón territorial; que sustentan bienestar social, dinámica socioeconómica endógena y estado de desarrollo de una región particular. La base metodológica concatenó siete nociones territoriales de configuración socio-espacial, cinco componentes del proceso multidimensional, planos de endogeneidad y matrices del estado de desarrollo. Los resultados evidenciaron el diferencial territorial endógeno que configuró cuatro tipos de territorios homologados por sector y actividad socioeconómica, pero diferenciados por la intervención pública. Se concluye que el territorio es el vector de construcción social-política y de un estado relativo y temporal de desarrollo. Así mismo los espacios rurales han experimentado una serie de transformaciones socioeconómicas y espaciales resultado de los modelos y políticas de desarrollo implementadas durante los últimos 60 años. Los cambios han propiciado la aparición o consolidación de procesos relacionados con el grado de modernización técnico-productiva de la actividad agrícola, procesos de tercerización y crecimiento de la prestación de servicios en el medio rural, sustitución de cultivos tradicionales por los de exportación, cambios en los mercados de trabajo no agrícola, estímulo de actividades no agrícolas, así como preservación del ambiente. Estos procesos evidencian la complejidad de lo local-rural, así como la necesidad de considerar nuevas aproximaciones analíticas que incorporen una perspectiva que considere las transformaciones socioeconómicas. Este trabajo considera la evolución de la relación rural-urbana en tres aspectos clave de concepción; de estática, homogénea y dicotómica hacia dinámica, heterogénea y territorial. Así mismo, si bien esta evolución es auspiciada por el modelo de desarrollo económico prevaleciente, enfatiza que se debe dejar de lado la conceptualización de espacio de reproducción de actividades agropecuarias con baja densidad demográfica para transitar hacia espacios de convergencia pluriactivos. Por lo anterior, la segunda fase del presente documento, recurre a las categorías de Nueva Ruralidad como marco interpretativo de los procesos sociales, económicos y espaciales en los entornos rurales con el propósito de integrar diferentes categorías en una serie de índices de evidencia empírica de las trasformaciones en el territorio. Si bien la Nueva Ruralidad no puede considerarse hasta hoy en día un enfoque de análisis, si como marco de referencia para interpretar los cambios y transformaciones en la relación rural-urbana y sus procesos socioeconómicos desde una perspectiva dinámica, heterogénea y territorial. La capacidad explicativa de las categorías de la Nueva Ruralidad hace necesario delimitar un contexto teórico. En este caso multidimensionalidad y territorio mostraron su alcance teórico-práctico al momento de interpretar lo rural desde lo dinámico y heterogéneo.