Resumen:
“¿Hay que escribir una historia de las mujeres? Durante mucho
tiempo, la pregunta careció de sentido o no se planteó siquiera”1 “A lo
largo del tiempo, las mujeres han estado excluidas en gran medida de la
guerra, la riqueza, las leyes, los gobiernos, el arte y la ciencia. Los
hombres, al desarrollar su capacidad como historiadores, consideraron
que precisamente esas actividades conformaban la civilización: de ahí se
originó la historia diplomática, económica, constitucional, política y
cultural”
Por lo tanto, la historia se centraba principalmente en la
descripción y análisis de los hechos políticos o los acontecimientos
públicos. Sin embargo, a finales de la década de 1970 y durante 1980
comenzó a surgir una serie de estudios que cambiaron su centro de
atención enfocándose más en los aspectos de la vida cotidiana y de la
vida privada. “Al cambiar el centro de atención de las investigaciones del
espacio de la vida pública al de la vida privada, las mujeres resultaron
más familiares por haber sido tradicionalmente constreñidas a ese
espacio”