Resumen:
El café llega a la Nueva España alrededor de 1790 y su cultura se difunde en la primera mitad del siglo XIX, principalmente en Veracruz, Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Michoacán. Durante el porfiriato creció la cafeticultura inducida por empresas transnacionales en grandes fincas especializadas. A partir de la reforma agrarista de Cárdenas (1934-1940), paso a ser una actividad de grandes plantaciones a pequeñas parcelas de campesinos y población indígena. Los grandes productores de café lograron conservar los terrenos más fértiles y mantener así una posición ventajosa hasta la fecha. A pesar de que los grandes productores de café solo representan el 8.0% de la producción, reciben arriba del 90.0% de los beneficios de la venta de café seco en México. Actualmente, la descapitalización del aromático y la pérdida de rentabilidad lo hacen un cultivo altamente riesgoso, si se le añade la falta de estímulos a la producción, la caída de los precios y la eliminación de subsidios, están llevando a una sustitución de las áreas productoras de café por cultivos como caña de azúcar y cítricos, cuando no se utilizan estos terrenos para la ganadería. Los productores que pueden cambiar de actividad descuidan las parcelas o las abandonan. En México se destinan 750,000 hectáreas a la producción de café, dedicándose a esta actividad un promedio de 300,000 productores (dos terceras partes son población indígena), el volumen de la producción fluctúa alrededor de 4 millones de sacos de 60 kilogramos, con alrededor de 230 millones de toneladas de café. La eliminación de aranceles del área de Norte América no ha reportado ninguna ventaja adicional a México en relación al café ya que los países del norte han fijado aranceles cero a sus importaciones y, por el contrario, se corre el riesgo de volvernos un país importador de café ya que los industriales han venido presionando para que se les autorice la libre importación del producto. Actualmente se ha pasado de exportar el 70.0% de la producción nacional al 90.0%, sin embargo, esto no le ha reportado ventajas al país ya que el aumento en las exportaciones no compensa las pérdidas por la disminución de los precios y la tendencia no es a mejorar, ya que hay una sobre producción en el mercado internacional. Si bien es cierto que en ocasiones se mencionan cuatro ventajas del mercado cafetalero mexicano que son: a) la proximidad de las fronteras, b) que los Estados Unidos y Canadá son países consumidores, c) que hay una preferencia hacia los cafés suaves y d) que se esperan aumentos sustanciales en la inversión extranjera directa, no se puede dejar de considerar que, al mismo tiempo, de 4 a 6 empresas transnacionales controlan el mercado cafetalero mundial, deforman los precios y deciden donde y como obtener el producto. De esta forma no puede apreciarse ventaja alguna sin un cambio radical en la política interna del gobierno mexicano ante los productores de café. Podemos por tanto establecer a manera de conclusión que la desregulación en el caso del café y el contrato monopsónico, que las empresas transnacionales ejercen sobre el café, ha llevado a una caída en el precio del café y a una grave disminución de los niveles de ingresos de los productores nacionales e incluso a su salida del mercado.
Descripción:
proporciona un panorama general de la producción, exportaciones e importaciones y consumo de café, asi como la problemática de los productores cafetaleros.