Resumen:
A partir del inicio del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN),
el desarrollo regional de México presentó distorsiones territoriales que fueron
producto de una excesiva concentración económica, centralidad de las decisiones
políticas y desigualdad en la distribución de los beneficios, todo ello, provocó una
estructura inequitativa y fragmentaciones entre regiones geográficas (Delgadillo et
al., 2001).
El análisis del desempeño y participación de las entidades federativas y ciudades
de nuestro país abrió una discusión para tratar de determinar las “regiones
ganadoras y perdedoras”, en el sentido de identificar posibles factores que
explican los espacios beneficiados o excluidos de los procesos de comercio e
inversión y el posicionamiento de las ciudades.