Resumen:
Uno de los factores que incide en la competitividad de los países en vías de desarrollo dentro del mercado global, es su capacidad para adquirir y utilizar nuevas tecnologías; además de desarrollar innovaciones basadas en el conocimiento y la creación de elementos de competitividad y habilidades relacionadas que les permitan llevar de forma adecuada la administración de alta tecnología (Hipkin, 2004). El desarrollo de tecnología ayuda a potenciar el éxito de países en vías de desarrollo, aún cuando esté condicionada a las limitaciones y necesidades de éstos. Se debe tomar en cuenta que el proceso de innovación que se lleva a cabo dentro de este tipo de entornos, corresponde a una lógica diferente a la que existe dentro de los países desarrollados (Wicklein, 1998; Srinivas y Sutz, 2008). En este contexto es posible que estos países también se puedan beneficiar de la globalización de la tecnología, en la medida en que lleven a cabo acciones para la generación de políticas orientadas a la promoción de la innovación y, donde el desarrollo se dé mediante el aprendizaje endógeno que les permita incorporar estas innovaciones a su realidad (Archibugia y Pietrobelli, 2003).