Resumen:
Es así como ha venido evolucionando el municipio mexicano: generando mayor cercanía y colaboración con la ciudadanía y un considerable aumento en sus facultades y recursos. Esto ha permitido a los gobernantes y administradores públicos locales fortalecer las ventajas comparativas encaminadas a la resolución de las problemáticas más apremiantes e inmediatas de las comunidades. Sin embargo, a pesar de los grandes avances la realidad nos indica que simultáneamente estas medidas han propiciado una polarización en las heterogéneas y desiguales regiones del país, resultando; por un lado, en que la mayoría de los municipios sigan viviendo en condiciones muy desfavorables que los dejan sumidos en una trampa de pobreza que no les permiten lograr condiciones de desarrollo; mientras que, por el otro lado, existen un mínimo de municipios urbanizados que han logrado consolidar estructuras financieras y administrativas estables, funcionales y fuertes, que incluso superan a lo que se vive dentro de algunas entidades de la república. Cabe entonces preguntarnos ¿cuáles han sido los factores que han impedido generar un desarrollo municipal más homogéneo? y ¿cuáles son aquellas variables y elementos que abonan a la eficacia y eficiencia gubernamental? Planteado de otro modo, ¿por qué a pesar de contar con mayores recursos económicos y mayor poder de acción, ante el ensanchamiento de facultades constitucionales, gran parte de las administraciones municipales no logran concretar sistemáticamente beneficios sociales?