Resumen:
La Hipertensión Arterial (HTA) es una de las enfermedades crónicas de mayor prevalencia en México. La relación que tiene con la alimentación ha sido poco descrita en poblaciones sanas. Algunos estudios clínicos y epidemiológicos, han mostrado como los patrones dietéticos y sus componentes, energéticos y no energéticos, principalmente el sodio, participan en el desarrollo y en el control de la enfermedad. Objetivo: Asociar los patrones dietéticos y el consumo de sodio con la tensión arterial. Metodología: Se llevó a cabo un estudio observacional, prospectivo, descriptivo y longitudinal, en 130 estudiantes de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Se obtuvieron datos sociodemográficos y antropométricos por personal capacitado. Se aplicó un Cuestionario de Frecuencia de Consumo de Alimentos (CFC), previamente validado, y seis Recordatorios de 24 horas (R-24). Para la determinación de los patrones dietéticos se utilizó el consumo diario de alimentos derivados del CFC, para obtener la ingestión diaria de nutrimentos se emplearon los R-24. Para la evaluación de la calidad de la dieta, se diseñó un puntaje, para el cual, se utilizaron 16 grupos de alimentos creados a partir del CFC, se tomó en cuenta la mediana obtenida de cada grupo, dando una puntuación de 1 y 3, de acuerdo con los grupos clasificados como positivos y negativos, en donde el puntaje menor corresponde a una baja calidad y el mayor a una mejor calidad, dando como resultado un puntaje de 16 a 48 unidades. Para la relación de la tensión arterial con el consumo de sodio, se realizó una regresión lineal múltiple. Resultados: Se identificaron cinco patrones mediante el Análisis del Componente Principal (PCA), el patrón I se caracteriza por el consumo de cereales y azúcares, el patrón II por un consumo de carnes y alimentos enlatados, el patrón III se caracteriza por el consumo de frutas y verduras, y aceites y grasas, el patrón IV por un consumo carnes y grasas con proteína, el patrón V muestra un consumo de lácteos. El consumo de frutas, verduras, cereales y leguminosas explica el 69% de la varianza. La media del consumo de sodio fue de 1678.1 y 2209.8 gramos para hombres y mujeres respectivamente. El puntaje de la calidad de la dieta fue de 32.1 en promedio para ambos sexos. No existe relación estadísticamente significativa entre la tensión arterial y el consumo de sodio en esta población.
Conclusiones: El 36% de los jóvenes practica un PD “prudente”; además, esta población sana consume cantidades elevadas de sodio en la dieta, lo que se ve reflejado en la baja calidad de la dieta de la población de estudio.