Resumen:
Hablar de desarrollo rural implica centrar la atención en un espacio considerado como no moderno, la razón son las diferentes ópticas de progreso económico de los políticos, planificadores del espacio y empresas (inmobiliarias, agropecuarias, industriales y turísticas). En este sentido, la política del Estado se ha centrado en incrementar la potencialidad de los espacios rurales, vía la modificación de los patrones productivos; lo más grave es que aún se puntualiza en la actividad industrial como una actividad que tiende a mejorar la vida social rural. La industria, por su parte, ha promovido conflictos de tenencia tierra en el medio rural, mediante la adquisición de predios a precios por debajo de su valor económico. Así, el desarrollo trajo consigo desigualdad social, incrementando la polarización entre la ciudad y el campo a mediados del siglo XX; de manera que el desarrollo vinculado a patrones meramente economicistas condujo a mirar hacia lo rural y de ahí a lo local.