Resumen:
El desarrollo de México se encuentra anclado en el potencial con que se construyen oportunidades para la población, en particular vale la pena reconocer que la falta de crecimiento económico sostenido durante ya varias décadas ha representado un obstáculo para el bienestar social. Uno de los principales sectores afectados por esta situación lo constituyen los jóvenes del país que representan más del 30 por ciento de la población nacional en el rango de 12-29 años de edad. Según datos del Banco Mundial y de la Organización para la Cooperación para el Desarrollo Económico, aproximadamente 7 millones de jóvenes no estudian ni trabajan, lo que supera la cifra promedio en América Latina, esto constituye un indicador sobre las oportunidades limitadas para esta parte de la población, del mismo modo se explica porqué las actividades delictivas se incrementan sustancialmente en población joven.
Lo anterior nos obliga a plantear cuestionamientos acerca de la capacidad del Estado Mexicano para asegurar políticas de inclusión y de combate a la vulnerabilidad social, aterrizando los proyectos de desarrollo en ámbitos en específico que serán la guía de este ensayo:
En primer lugar se reconoce la vulnerabilidad de sectores específicos de la sociedad, producto de la transversalidad de las asimetrías históricas que no han podido ser superadas (niños y jóvenes, mujeres e indígenas). Sin embargo, no es objetivo de este trabajo adentrarse a profundidad a cada caso.