Resumen:
Desde épocas muy remotas, las personas que vivían en comunidad, estaban gobernadas por un ente supremo, y este a su vez requería recursos para satisfacer las necesidades de sus gobernados, razón por la cual se les solicitaba un tributo, ya fuese en especie o dinero.
Esta forma de obtener recursos financieros, al paso del tiempo se fue transformando en cada nación, originando con ello la creación de una dependencia gubernamental encargada para tal fin.
Asimismo, se dio paso a la creación de una gran variedad de impuestos tributarios, mismos que abarcan a los 3 niveles de gobierno en nuestro país, es decir, existen impuestos federales, estatales y municipales, mismos que son indispensables para solventar las necesidades de cada uno de ellos.
Las facultades y ámbito de acción de la Secretaría de la Función Pública, las Contralorías estatales, la Auditoría Superior de la Federación, las Entidades Fiscalizadoras Superiores Locales, y las Contralorías Internas de los órganos constitucionalmente autónomos, son testimonio de la existencia en nuestro país de un amplio nivel de supervisión y control, tanto desde la perspectiva interna como externa en los ámbitos federal y estatal; sin embargo, se reconoce su fragmentación a causa de las diferencias en mandato, marcos legales y metodologías.