Resumen:
Han pasado más de 500 años desde el encuentro cultural entre los continentes europeo y americano que, además de sentar las bases de la reconfiguración política de todas las naciones del nuevo mundo, permitió la llegada de productos que hasta entonces nos eran desconocidos; entre ellos una hierba que desataría intensos debates debido a sus efectos sicotrópicos: la marihuana.
Para comprender las consecuencias e implicaciones de los procesos ligados al uso del cannabis1 (nombre científico de la planta), en la presente investigación se hace un repaso histórico sobre sus formas de utilización y los tipos de usuario, enfatizando en el consumo con fines recreativos. Esto en aras de entender cómo esta práctica y sus actividades correlativas se han convertido en un problema social que hasta el momento no se ha resuelto.
Aquella situación ha dado pie a una larga discusión retomada en diferentes épocas por los miembros de los círculos políticos, económicos, industriales, médicos, académicos, sociales y hasta religiosos; pues a consideración de cada uno de ellos su impacto es de innegable importancia en los ámbitos de su competencia y de sus intereses.
A lo largo de los años ―y aparentemente sin distinción de clases, tendencia política, adhesión religiosa y/o adscripción partidista― la población mexicana ha externado su rechazo hacia quienes utilizan la marihuana de manera recreativa. Sin embargo, estas posturas se han enfrentado a cuestionamientos teóricos y prácticos que han dado cauce a la reformulación de las perspectivas relativas a esa actividad.