Resumen:
Las interacciones entre fauna silvestre y humanos son situaciones que se presentan a nivel mundial y que están aumentando tanto en frecuencia como en magnitud. Existen diferentes causas por las que se dan estas interacciones y algunas de ellas son aumento y expansión de las poblaciones humanas y de fauna silvestre y degradación y fragmentación del hábitat. Debido a lo anterior, en algunas zonas la distribución de las especies se sobrepone con poblaciones humanas ocasionando que los animales utilicen paisajes desarrollados por el hombre. En México, el oso negro está catalogado como especie en peligro de extinción y se propone que la frecuencia de interacción con humanos ha aumentado, sin embargo, los estudios acerca de la especie son bajos ya que no se conoce con exactitud la distribución y la abundancia de la especie en el país ni la situación actual de la problemática que presentan con los humanos, por lo que el objetivo de este trabajo fue analizar las interacciones entre oso negro (Ursus americanus) y humano en el norte de México. Para realizar el análisis de la situación se elaboró una base de datos utilizando los casos de interacción con oso negro reportados en México. La base de datos quedó conformada por 375 registros, los cuales se utilizaron para realizar el análisis estadístico, que para este caso la prueba utilizada fue X2 y también se calculó el índice de intensidad de interacción. La prueba arrojó que existen diferencias significativas entre los tipos de interacción siendo los avistamientos los más frecuentes. Para el caso de la distribución espacial y temporal de los registros también se tuvieron diferencias significativas, la zona del Noroeste presentó mayor número de registros y se observó una disminución en el número de reportes con el paso del tiempo. Por otro lado, para las categorías de sexo, edad y estacionalidad no se tuvieron diferencias significativas, pero se observó que es más frecuente que los machos se involucren en situaciones con humanos, se registró que las hembras con crías presentan mayor número de registros y por último los reportes fueron más frecuentes en otoño. La estrategia de manejo más aplicada en México es la traslocación, sin embargo, no se sabe si es exitosa o no ya que no ha habido seguimiento de ninguno de los individuos que se han liberado, por lo que se
propone mejorar tanto la forma en la que se toman los reportes como el seguimiento de las interacciones para poder desarrollar planes de manejo que ayuden a la conservación de la especie.
Descripción:
Las interacciones entre oso negro y humanos en el norte de México no han sido analizadas anteriormente ya que los estudios formales acerca de la situación de la especie en el país son muy pocos. La base de datos elaborada es la primera para el país, la cual está conformada por 375 registros documentados entre el 2005 y 2017.
Respecto al tipo de conflicto, los Avistamientos fueron la categoría con mayor número de registros mientras que los avistamientos tipo dos, que son los relacionados con daños a infraestructura, fueron los más frecuentes.
Para el caso de la distribución espacial y temporal, la zona del Noroeste tuvo mayor número de reportes que la del Noreste. Coahuila fue el estado que presentó más registros seguido de Nuevo León. Por otro lado, se obtuvo que los reportes disminuyeron con el tiempo, sin embargo, para algunas categorías si se registró un aumento.
En relación al sexo, se obtuvo que los machos son lo que se involucran con mayor frecuencia en casi todos los tipos de interacción a excepción de dos categorías en las que las hembras tuvieron más registros, avistamientos y ataques a humanos.