Resumen:
Desde sus inicios, la Farmacovigilancia (FV) ha velado por la seguridad de los pacientes en el uso de los medicamentos a través de la detección, cuantificación y evaluación de reacciones adversas a los medicamentos (RAM), sin embargo, en el caso particular de la delegación poniente del IMSS, Estado de México, el número de reportes y la calidad de la información de estos son muy limitados. Objetivo: diagnosticar los conocimientos, habilidades y actitudes en FV de profesionales de salud, diseñar un programa piloto de capacitación en el tema en el H.G.O. No. 221 del IMSS y evaluar su impacto con el número y calidad de reportes de RAM. Descripción metodológica: se trata de un estudio descriptivo y longitudinal en 39 médicos y 61 enfermeros adscritos al H.G.O. No. 221 en cuatro etapas: diseño y pilotaje de los instrumentos de evaluación de conocimientos, habilidades y actitudes; diagnóstico pre- intervención y diseño del programa piloto de capacitación en FV; implementación del programa piloto y, evaluación de su impacto mediante un diagnóstico post-intervención, así como la cuantificación del número y calidad de los reportes de RAM. Los datos obtenidos se analizaron con el software SPSS Statistics Versión 22.0.0.0 mediante estadística descriptiva, Kolmogorov-Smirnoff, Wilcoxon, U de Mann – Whitney, Mc Nemar y Chi cuadrada. Un valor de p<0.05 fue considerado significativo. Resultados: Después del programa piloto de capacitación, el puntaje de conocimientos de médicos y enfermeros mejoró significativamente de 8.93 a 13.70. De igual forma, el nivel de conocimientos antes de la intervención educativa fue mayormente “regular” (80%) mejorando a “bueno” (58%) o manteniéndose en “regular” (41%). El test de U de Mann – Whitney indicó que hubo diferencias significativas en el nivel de conocimientos entre médicos y enfermeros siendo éstos últimos quienes exhibieron un mayor aprovechamiento de la capacitación. Existe asociación significativa entre el nivel de conocimientos en FV y la profesión, así como el contar con algún grado de especialización. Después de la capacitación, mejoraron considerablemente todas las habilidades en FV diagnosticadas con excepción de la detección de RAM graves y establecer la causalidad de las RAM con el medicamento. Hubo un incremento de las puntuaciones de las actitudes positivas de proactividad e interés; por otra parte, con excepción de la actitud de temor, los encuestados no presentaron actitudes negativas en torno a la FV. Luego de la capacitación, el número de reportes de RAM incrementó 6.2 veces y la calidad de la información de grado 1 ó 2 a grado 2 ó 3. Conclusiones: para mejorar los informes de RAM entre los profesionales de la salud es necesario realizar intervenciones educativas en FV como parte de las actividades de educación continua.