Resumen:
Desde hace más o menos una década ha sobresalido el estudio de diversas formas de asociacionismo, comúnmente llamado organizaciones de la sociedad civil (OSC). El reconocimiento a tales expresiones organizativas por parte de los gobiernos ha aumentado al observárseles como detonantes del desarrollo y complemento de las acciones públicas. Es así como, paulatinamente surgen discursos que reclaman la redefinición de los límites entre gobierno y sociedad civil, pretendiendo rediferenciar las esferas interdependientes de la vida política y social.
Cabe señalar que en dicha diferenciación se provilegia a la sociedad civil frente al gobierno bajo los supuestos de que la primera posee un conjunto de principipios, como: interés colectivo, trabajo comprometido e inclusivo, flexibilidad, solidaridad, reciprocidad, autoconfianza, libertad de elección y voluntarismo. Ello en contraparte a la estructura jerárquica, autoreferenciada y rígida del homo hierarchicus o gobierno.
La obra que el lector tiene en sus manos parte de reconocer que las organziciones civiles no son autónomas ni pasivas en el espacio público, pues al verse engarzadas y vinculadas en un entorno organizacional de política pública, deciden con quién interacccionar o no a fin de adquirir los recursos (materiales y simbólicos) para aproximarse hacia los intereses que se resumen en sus agendas. Se discute también que la variedad de intereses de grupo que portan tales expresiones organizativas y su mutua dependencia de recursos, pueden generar resultados no planeados y afectar el logro de los objetivos comunes delineados por los programas públicos.