Resumen:
La disposición legal y los modos de desarrollar el tratamiento médico de la salud mental puede atenderse desde una perspectiva diferenciada de los derechos humanos y de la bioética, o interrelacionada. Con esta segunda opción, la salud mental con respecto a los derechos humanos, se puede abordar desde tres posiciones inherentes a la bioética: en la primera, se trataría del valor que los derechos humanos implican para la salud pública general; la segunda, incluiría algunos principios, normas y procesos con los cuales actúan los psicólogos, psicoanalistas y psiquia¬tras que atienden los múltiples casos de trastornos mentales, y la tercera, que es en la que se centrará el presente artículo, al establecerse como objetivo principal, dos indicadores de salud que ponen en evidencia cómo la estigmación social y la falta de una política sanitaria de desequilibrios mentales específica (no sobre la salud en general), repercu¬te en la poca y deficiente atención a la salud mental aplicada en la mayoría delos países del mundo, y en particular en el caso de México.