Resumen:
“El jardín de senderos que se bifurcan” comprende la forma de mise en abyme que configura una imagen del infinito en el sentido temporal. Aparte de la forma, el contenido del cuento remite a un libro/laberinto/jardín infinito por la obra aparentemente caótica del erudito Ts’ui Pên. Él, a través de su libro, transmite una concepción rizomática del tiempo, la cual supone que los acontecimientos ocurren en analogía con el rizoma. Según Gilles Deleuze y Félix Guattari, éste es una representación que contiene multiplicidades, rechaza la territorialización y coexiste con líneas de fuga o ruptura; también, es radicalmente diferente de los sistemas arborescentes que implican organizaciones, ordenes, autoridad, imposiciones, trascendencia, entre otras características. En la ficción de Borges ambas representaciones cohabitan, aunque una multiplicidad simultánea de tiempos (que es la clave de la obra) inclina el fiel de la balanza por un ethos de rizoma. Los árboles de la ficción son categorías deterministas como: el relato policial, las oposiciones binarias, el laberinto, el libro; no obstante, todas éstas están atravesadas por numerosas líneas de fuga que los desestabilizan y liberan un estallido de significaciones heterogéneas.