Resumen:
La desigualdad social es multifactorial, con diversos orígenes,
desde los religiosos, culturales, económicos, sociales, hasta los
individuales, familiares o psíquicos. Según comentarios vertidos
por Vite (2006), la crisis del Estado de bienestar también es
resultado de su imposibilidad para mantener los mecanismos
desmercantilizadores de la reproducción de los trabajadores, lo
que ha dado paso a la introducción de la mercantilización, cuyos
efectos se han manifestado como expansión de la precariedad
laboral, donde la explotación no tiene más límites que el rendimiento
y la eficiencia mercantil. Detal suerte, que la desigualdad
social también está íntimamente ligada con el consumismo y el
mercantilismo, asíno solo los objetos o producto de intercambio
se cosifican y obtienen valores desequilibrados, sino también el
ser humano, situación que hace que algunos tengan mayores
prerrogativas que otros y aunque tal situación es muy añeja, en
la actualidad cobra mayor importancia.