Resumen:
La ética de la renovación se presta como el fundamento para la construcción de un ideario universal de cultura; fenomenológicamente, la cultura como cultura científica y sobre todo filosófica es acción reformadora de un sentido racional de lo humano instituido por la filosofía. Expondré este concepto crítico de lo cultural en dos vertientes principales: la primera conduce al problema de la relatividad de los mundos históricos que se opone en carne y hueso a la universalización como negación, apropiación y disolución de lo humano en su particular concreción histórica (el gesto filosófico de la totalización etnocéntrica); la segunda será conducida hasta el concepto de teleología y su relación con la ética de la renovación, o la fundamentación ética de la cultura a través de la filosofía. Hay en la fenomenología husserliana una filosofía de la cultura cuyo filo ético apenas tratarán de entresacar las páginas que siguen, atendiendo, sobre todo, a la aspiración filosófica de una humanidad racional.