Resumen:
Los huertos familiares han sido y todavía son ampliamente estudiados, tanto en México como en otras regiones del mundo. Sin embargo, los huertos son aún poco entendidos en su complejidad. Si bien disciplinas como la agroecología, la agroforestería, la etnobotánica e incluso la adopción de métodos de la antropología han contribuido favorablemente a la construcción de un cuerpo de conocimiento en torno a este sistema, aún es necesario “desenredar” la complejidad implícita en él y comprender su íntima relación con el entorno biológico, cultural y social. Desde tal enfoque integral, se podrán establecer propuestas y política pública que apoyen su protección y fomenten sus funciones primordiales, que indudablemente se deben a la propia diversidad- complejidad del huerto, que es la misma razón de su permanencia. En el presente capítulo se plasma una propuesta conceptual para una mayor comprensión sobre los huertos familiares; siendo los huertos considerados inherentes a la unidad habitacional, el presente documento propone abordar tres ejes del huerto familiar —estructura, composición y funciones— como indivisibles e íntimamente relacionados, que en conjunto dan forma a un agroecosistema reflejo de las formas de vida, conocimiento y apego a la tradición de quienes lo procuran. Por tanto, los huertos familiares son un sistema socioecológico que pone de manifiesto la bioculturalidad de aquellos que día a día los construyen en un espacio, tiempo y contexto determinados.