Resumen:
Este capítulo se propone analizar el marco del federalismo y las relaciones intergubernamentales, cuyo desarrollo y configuración han dado sentido y contenido al gobierno y a la Administración Pública en México. Resalta la tensión entre la tradición y la modernidad federalista, a partir de considerar que el funcionamiento de la federación mexicana (específicamente en el diseño e implementación de las políticas públicas), requiere altas dosis de interlocución, entendimiento y coordinación entre sus componentes. Intelectualmente, trasciende el estudio enfáticamente jurídico del federalismo, concentrado en la distribución competencial, para enfocarse en el análisis del federalismo, como de hecho opera, así como de su compleja red de intercambios entre los diferentes ámbitos de gobierno. El federalismo subsidiario es la categoría de referencia que guía el estudio y sus conclusiones. El texto, en sus dos apartados iniciales, problematiza la suerte que ha corrido el federalismo mexicano a través de su historia; esta nota del tiempo permite entender por qué, aunque la retórica lo sacralice, hemos permitido y hasta alentado formas contrarias de factura centralizada. Después, se delinea la categoría de federalismo subsidiario, al tiempo que se ofrece el diseño de escalas de evaluación y modelos de desarrollo institucional. En la idea de mostrar la viabilidad del dispositivo de análisis se consigna información de diferentes casos ilustrativos, a través de cuatro sectores: ingresos gubernamentales; gasto descentralizado para servicios públicos; políticas distributivas; y políticas redistributivas.